Los contribuyentes tienen derecho a realizar deducciones, pues así lo establece el artículo 25 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR), en el cual se consideran los gastos y las inversiones.
Sin embargo, puede llegar a existir confusión en cuanto a la diferenciación entre ellos en temas fiscales y sus implicaciones, por lo que es importante conocer cuál es el tratamiento que se le debe dar a cada uno.
¿Qué es un gasto?
Los gastos son considerados como aquellas erogaciones que pierden potencial para generar ingresos en el futuro, ya que sólo tienen significado y efectos en el ejercicio al cual corresponden.
Es decir, un gasto se refiere a los desembolsos que realiza una empresa para operar o mantener su actividad, como el pago de rentas.
¿Qué es una inversión?
Una inversión es aquello que representa un beneficio económico futuro, el artículo 32 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR) anteriormente, considera a las inversiones los activos fijos, los gastos, cargos diferidos y las erogaciones realizadas en periodos preoperativos.
Específicamente, en cuanto a las inversiones en activo fijo, éstas son el conjunto de bienes tangibles que utilizan los contribuyentes para la realización de sus actividades y que se demeritan por el uso en el servicio del contribuyente y por el transcurso del tiempo, por lo que su finalidad será la utilización de los mismos para el desarrollo de las actividades del contribuyente, y no la de ser enajenados dentro del curso normal de sus operaciones. Los ejemplos más típicos de activos fijos son los bienes inmuebles, la compra de locales comerciales, la inversión en maquinaria o el material de oficina.
¿Cómo se deducen los gastos?
Tratándose de erogaciones conceptuadas como gastos, su deducción debe realizarse en atención al artículo 27 de la ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR) esto es, en el ejercicio fiscal en que se realizaron.
Por lo que los gastos se deducen totalmente en el año en que se incurren, lo que reduce la base imponible y, por lo tanto, el impuesto a pagar
¿Cómo se deducen las inversiones?
Las inversiones (específicamente los activos fijos) pierden dicho potencial para generar ingresos de manera paulatina y conforme se deprecian por su uso, incidiendo en la consecución de los fines de la empresa, no sólo en el ejercicio en que se eroga el costo correspondiente, sino que trasciende a varios periodos fiscales, lo que significa que su costo se divide en varias partes y se deduce gradualmente durante la vida útil del activo.
Su deducción debe hacerse en términos de las reglas señaladas en los artículos del 31 al 38 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR) vía depreciación y en los diversos ejercicios fiscales que correspondan al caso.
Es importante distinguir entre gastos e inversiones para maximizar los beneficios fiscales y evitar posibles errores o malas interpretaciones. Se recomienda consultar a un contador o asesor fiscal para obtener orientación específica según la situación de cada contribuyente.